Cada día desperdiciamos
4.000.000 de asientos libres, en los coches que circulan por Madrid.
Tantos
coches infrautilizados son la causa que provoca los problemas de la ciudad: La carestía
del transporte, el derroche de energía, la falta de espacio (sobre todo por el aparcamiento),
los atascos de tráfico en hora punta y al final todo ello repercute en la contaminación
y hasta en el cambio climático.
Sabemos que 6 de cada 10 españoles
compartirían coche a diario para ahorrar, pero sin embargo seguimos yendo cada
uno en el suyo y actualmente 4 de cada 5 coches solo llevan al conductor.
¿Por qué ocurre este contrasentido?
Porque no se conocen entre ellos. El
conductor que quiere aprovechar sus cuatro asientos libres no sabe quién va en su
misma dirección, y el pasajero que está dispuesto a compartir los gastos del viaje,
no sabe qué coche le puede llevar.
¿Como arreglamos esto?
Con una plataforma para compartir viajes en coche (como BlablaCar), que
esté diseñada para organizar los viajes urbanos
al trabajo de cada día. Gracias a una app de smartphone, presentará a los conductores
y pasajeros compatibles sobre la marcha, poniéndoles tan fácil compartir sus viajes,
que les baste con aceptar al compañero que la app les propone en cada momento.
En DedoCar.org ya estamos
trabajando en ello.
Hemos descubierto que, a la hora de ir al
trabajo y de vuelta a casa en hora punta, somos tanta gente moviéndonos a la vez
por la ciudad, que resulta fácil encontrar varias personas que tienen trayectos
parcialmente coincidentes y pueden compartir un solo coche, que vaya recogiendo
y entregando pasajeros a lo largo de toda la ruta de su conductor, con la ayuda
de nuestra app.
Los beneficios para los viajeros que comparten coche son evidentes:
- Consiguen ahorrar gastos: Hasta el 75% de lo que les costaba ir a cada uno en su propio coche. Da igual si van de pasajeros o de conductor, porque hay establecido un coste por kilómetro, que se divide entre todos (el conductor incluido, que no gana dinero conduciendo)
- Y los pasajeros además disfrutan de la rapidez y comodidad de un coche con chofer a precio de autobús.
Además, conseguimos otros beneficios para todos en la ciudad (en contaminación, reducción de atascos de tráfico y problemas de aparcamiento), que son:
La contaminación del aire se
considera el principal problema, porque actualmente casi ninguna de las grandes
ciudades cumple las normas europeas de calidad del aire, en períodos de tiempo anticiclónico
(sobre todo en lo referente a emisiones de NOx).
Pero un coche que lleve tres pasajeros además del conductor (aunque sea un diesel
de VolksWagen), contaminará el aire la cuarta parte, puesto que se dejarán de mover
los tres coches de los pasajeros. Estudiando
los datos de una gran ciudad como Madrid, descubrimos que esto tendrá un efecto
directo sobre la contaminación que podría ahorrar la emisión de 330.000 toneladas
de CO2 al año.
Además se darán otros dos efectos indirectos sobre la contaminación, debidos a:
1. Dejar de contaminar mientras se dan vueltas esperando a que quede libre una plaza de aparcamiento,
2. Evitar los atascos de tráfico, en los que el coche contamina un 80% más.
Sumar estos efectos indirectos, supondría reducir en más de 1.000.000 de toneladas al año las emisiones de CO2, en cada ciudad del tamaño de Madrid.
También se reducirán los problemas
de aparcamiento.
Al utilizar varios viajeros un solo coche, cuando llega el momento de aparcar este,
no encuentra las plazas de aparcamiento ocupadas por los coches de los pasajeros,
y el espacio urbano vuelve a ser abundante en los polígonos industriales y las zonas
de negocios.
Y también
podremos acabar con los habituales atascos de tráfico, en los que tú tardas 3 o 4 veces más, y el coche consume
y contamina un 80% más*, si se apunta suficiente gente a compartir sus viajes
al trabajo.
Estimamos que bastará con compartir entre un 10 y un 15%
de los coches que circulan en hora punta, para quitar del tráfico suficientes coches como para evitar que se produzcan
los atascos de tráfico.
De este modo, no solo los coches compartidos, sino también
todos los demás, dejaran de contaminar casi el doble de lo normal, como hacen
ahora mientras están atrapados en el atasco.
Y lo mejor de todo, es que estos enormes beneficios se conseguirán sin necesidad de nuevas inversiones en infraestructuras y (más importante aún) sin imponer a los ciudadanos medidas antipopulares, como restricciones y prohibiciones de circulación; sino simplemente poniendo a su disposición una herramienta tecnológica, que los propios viajeros querrán usar voluntariamente, para ahorrar gastos y ganar comodidad.
* Según estudios del Dr. Martin Treiber de la Universidad de Dresde